«Cuando observé el reloj de bolsillo, decidí trazar algo que me saliese del alma»
David Callau es un pintor y escultor catalán que, desde muy pronta edad, experimentó el sentir de los pinceles. Sus abuelos fueron sus maestros; y la pintura, los óleos y esculturas, su más atractivo despertar. Siendo estudiante de Escola Masanna, en Barcelona, tomó la decisión de seguir un camino libre que le permitiese plasmar, en sus creaciones, su propio ser. Es entonces, a partir de los 26 años, cuando toma los pinceles para formar parte de exposiciones importantes. Su inspiración emana del caminar, del observar y de la impregnación de las vivencias de la gente. El objetivo de ilustrar lo que sucede en nuestro alrededor, junto al color o el movimiento de su trazo, le lleva a crear pinturas que cobran vida. La obra de David Callau consigue captar la esencia en estilo clásico renovado. El tiempo, un factor de gran relevancia para el pintor -desde el punto de vista del arte-, avanza rápido y no se detiene para nadie. Rindiendo homenaje a este concepto, el artista ha denominado ‘Senza Tempo’ a su actual exposición presencial en Madrid, una de las primeras que ha permitido la crisis sanitaria.
Aunque considera que el tiempo en un reloj no tendría que mirarse, reconoce que no pudo evitarlo tras el último trazo que realizó a la pintura de blancos y negros que, Solanes Joier, tuvo el placer de contemplar. Frente a frente con un reloj de la antigüedad, el artista visionó en su mirada -o en la mirada de un personaje- el tiempo pasar, y fue lo que, poniendo su alma, trató de plasmar en esta pintura. Culminada con broche de oro, tras la colocación de un reloj de bolsillo, el resultado fue un retrato muy ilustrativo de su trabajo y de ese paso del tiempo en la retina que tanto menciona. A pesar de no haber conectado -anteriormente- la pintura con el mundo de la alta relojería, considera que trasladar el arte a este sector es algo exquisito puesto que, un reloj, no deja de ser una obra de arte elaborada con una exacta precisión. “No es solo colocarte un reloj, es sentir lo que el diseñador y el relojero han hecho”, apunta Callau.
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